Transparencia Internacional (TI) ha vuelto a señalar a Venezuela como un triste ejemplo de corrupción a nivel mundial, colocándolo como el segundo país más corrupto del planeta, según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) en el sector público. Este informe, correspondiente al año 2023, marca la décima vez consecutiva que Venezuela lidera este ranking en América.
Con tan solo 13 puntos en una escala de 0 a 100, donde cero representa una alta corrupción y 100 una baja, Venezuela queda solo por debajo de Somalia en términos de percepción de corrupción. Este desalentador panorama pone de manifiesto la persistencia de prácticas corruptas que afectan la integridad del país sudamericano.
La malversación sistemática de miles de millones de dólares de fondos públicos ha sido un factor determinante en la construcción de este título. Transparencia Internacional resalta que estos fondos desviados han beneficiado a la élite socialista, exacerbando la pobreza en la sociedad venezolana.
La organización también destaca la captura de los sistemas legislativo, regulatorio y judicial por parte de altos funcionarios como parte de los grandes esquemas de corrupción. Esta práctica no solo garantiza el poder continuo de unos pocos, sino que también les proporciona un escudo contra el castigo y la rendición de cuentas.
La corrupción en Venezuela no se limita a la malversación de fondos, sino que se extiende al sistema de justicia. Según el informe, el pago de sobornos y la cooptación de jueces y fiscales en todos los niveles se han convertido en mecanismos clave para asegurar la continuidad de las actividades ilícitas de las redes delictivas, manteniendo al mismo tiempo un estado de impunidad.
En comparación con otros países de América, Canadá lidera con la mejor puntuación (76), seguido de Uruguay (73) y Estados Unidos (69). A nivel mundial, los países con menor percepción de corrupción son Dinamarca (90), Finlandia (87) y Nueva Zelanda (85).
