Compartir en las Redes !

Twitter Whatsapp Telegram Pinterest Linkedin Tumblr Reddit

David Bueno, biólogo: “Si empiezas a entrenar tu cerebro puedes ver efectos casi inmediatos”

Hablemos de salud, consejos médicos, buena Alimentación, la sexualidad y mucho mas.
Responder
Yo-Yo
Mensajes: 1861
Registrado: Mar Dic 14, 2021 9:59 pm

David Bueno, biólogo: “Si empiezas a entrenar tu cerebro puedes ver efectos casi inmediatos”

Mensaje por Yo-Yo »

El investigador en genética publica 'Educa tu cerebro', un libro donde explica cómo cambia este órgano y qué mecanismos tenemos a nuestro alcance para contribuir a su desarrollo y evolución

David Bueno es doctor en Biología y profesor e investigador de Genética Biomédica, Evolutiva y del Desarrollo de la UB Cedidas

El cerebro es un órgano maleable. Lo podemos entrenar en un sentido determinado para tener una vida más plena. Parece un eslogan extraído de un manual de autoayuda, pero ejercitar el cerebro para cambiar de mentalidad -como trabajamos los músculos para mejorar nuestra forma física- es exactamente lo que propone el biólogo David Bueno (Barcelona, 1965).

El doctor en Biología y profesor e investigador de Genética Biomédica, Evolutiva y del Desarrollo de la Universidad de Barcelona acaba de publicar Educa tu cerebro (Grijalbo), un volumen donde explica cómo cambia este órgano, de qué manera podemos contribuir a su desarrollo y evolución y qué mecanismos tenemos a nuestro alcance para lograrlo. Fundador y CEO de la cátedra de Neuroeducación UB-EDU1st e investigador en la Universidad de Oxford, Bueno nos explica en esta charla cómo optimizar nuestro crecimiento mental.

Entrenar el cerebro consiste en ir repitiendo acciones y pensamientos que el órgano va integrando hasta que los hace de manera automática

La mente y el cerebro cambian con el tiempo y podemos influir sobre ellos, los podemos educar. ¿Es así?

Es fundamental tenerlo presente para empoderarnos sobre la capacidad que tenemos sobre nosotros mismos. El cerebro es un órgano plástico, maleable, que está cambiando constantemente. Todo lo que aprendemos, las experiencias que vivimos, que merecen ser recordadas, van quedando almacenadas en nuestro cerebro en conexiones entre las neuronas. También los estados emocionales quedan en nuestro cerebro, que cambia cada día. Se trata de educarnos a nosotros mismos, a través de nuestros pensamientos, de cómo conscientemente nos relacionamos con otras personas. Decidamos cómo queremos cambiar nuestro cerebro pensando en nuestro bienestar.

¿Cómo se entrena el cerebro?

Podemos educar a nuestro cerebro en el sentido amplio, adquiriendo conocimientos nuevos, pero también adquiriendo habilidades, aptitudes, talentos, o mejorando los que ya tenemos en cualquier aspecto, no solo profesional, también, social, familiar, etc. Todo esto lo podemos ir cambiando un poco a nuestro gusto.

Desde que empezamos a ejercitar, ¿los efectos son inmediatos?

Puedes ver efectos casi inmediatos. Si en el momento en que te cruzas con ese vecino con el que solo intercambiabas una mirada, de repente piensas “le voy a sonreír, porque si él también me sonríe, empezaré el día más feliz”, el efecto es inmediato. Lo que sí cuesta más es que el cerebro por sí mismo actúe él solo de esta manera, que incorpore estos cambios. Muchas actitudes y acciones las automatizamos, pero cuesta adquirir esos automatismos. Es cuestión de ir repitiendo para que el cerebro lo vaya integrando. Si vas cambiando estos aspectos, llegará un momento que tu cerebro lo hará solo.

La mentalidad de crecimiento es propia de quienes piensan que su inteligencia puede crecer siempre; lo contrario es tener una mentalidad fija

¿Todo el mundo puede educar su cerebro y entrenarlo, o hay excepciones?

La excepción son las personas con enfermedades neurodegenerativas. En ese caso los cambios van por otro camino, porque es una situación patológica. Muchas de estas enfermedades hacen precisamente que pierdas capacidad de memoria y capacidad de gestionar tu propia vida. También puede haber algunos trastornos psiquiátricos que dificulte el hecho de darse cuenta de las propias acciones.

Para disfrutar de una vida más plena, habla de la mentalidad de crecimiento. ¿En qué consiste? Suena a superación, a superación, a producir más, a “si quieres puedes”...

No va por ahí. La mentalidad de crecimiento es una sensación muy íntima. Lo definió una psicóloga norteamericana, Carol Dweck, hace unos 30 años. Ella trabajaba sobre el coeficiente de inteligencia y vio que había personas que creían que su inteligencia ya no cambiaba, que habían llegado a su límite. Las llamó personas con mentalidad fija. Y observó que había otras personas que pensaban que su inteligencia podía incrementarse, no el “si quiero, puedo” infinito, sino que si se motivaban, si dedicaban esfuerzo, si lo veían con optimismo, mejoraban. Y lo llamó mentalidad de crecimiento.

Se ha expandido a cualquier aspecto de nuestra vida mental y cognitiva. Podemos seguir desarrollando, aumentando cualquier habilidad y talento o generarlos nuevos. Y aquí está la gracia. No es un algo neoliberal, capitalista, no llegamos a conseguirlo todo, es un sentimiento íntimo. Hay muchas personas con mentalidad de crecimiento que no destacan para nada, solo para sí mismas. Esta mentalidad está relacionada con el optimismo, con la capacidad de encontrar tus motivaciones intrínsecas, que energizan literalmente el cerebro. También con la capacidad de dedicar esfuerzos a conseguir lo que te habías propuesto: lo consigues porque has podido energizar a tu cerebro. Y todo esto se relaciona con el bienestar.

¿Entonces, todos podemos hacer más? Puede sonar naif, marquetiniano, proclama de autoayuda, el clásico y manido “salir de nuestra zona de confort”…

No, es más profundo y más biológico, basado en el cerebro. No todo puede ser maravilloso, la realidad nos sorprende con situaciones terribles. La idea básica de esta mentalidad de crecimiento es que siempre puedes ir un pasito, más allá, aunque sea pequeño, en cualquier aspecto que tú quieras. Necesitas objetivos y propósitos, pero sin obsesionarte. Puedes desarrollar cualquier talento yendo poco a poco. La gracia está en no buscar la recompensa en la consecución de los objetivos, sino en disfrutar de cada pequeño paso.

Todos somos protagonistas de nuestra vida. Pero debemos querer ser también guionistas y directores, para eso tienes que saber qué quieres conseguir...

También existe la mentalidad fija. ¿Este tipo de mentalidades las tenemos por genética, por hábitos…? ¿Qué las determina?

Hay un componente genético en todo nuestro ser, en todos nuestros comportamientos, habilidades o capacidades cognitivas. Lo que no hay es un determinismo. “Genético” significa que es solo una predisposición a tener mentalidad de crecimiento o tener mentalidad fija, pero queda mucho camino por hacer. Y este camino es la educación que hemos recibido, que también nos condiciona. Si yo detecto que tengo una mentalidad demasiado fija en algunos aspectos, sé que puedo mejorarla.

Para llegar a la mentalidad de crecimiento, ¿una de las claves son los objetivos?

Sí. Si no tienes objetivos, ¿hacia dónde encarrilas tu propia vida? A mí me gusta decir que todos somos protagonistas de nuestra vida. Eso no nos lo puede quitar nadie, pero debemos querer ser también guionistas y directores de nuestra vida. Para ser director y guionista de tu vida, tienes que saber qué quieres conseguir tú.

Cultivar la mentalidad del aprendizaje constante. ¿No es normal cansarnos de tener la mente ocupada y en activo?

La curiosidad es el motor de los aprendizajes. A veces aprendemos por simple obligación, pero es un aprendizaje muy aburrido, no nos genera sensaciones de satisfacción. ¿Qué nos satisface? Aquello que hacemos por curiosidad. Cuando estamos leyendo un libro, viendo una serie de televisión, algo que nos despierta la curiosidad, nos falta tiempo para seguir con esa actividad. Pues se trata de encontrar qué despierta nuestra curiosidad en cualquier aspecto de nuestra vida.

Cuando estamos motivados podemos estar más rato haciendo cualquier actividad sin cansarnos y somos más eficientes

¿Qué pasa biológicamente en nuestro cerebro cuando sentimos esa curiosidad? ¿Cómo se energiza el cerebro, como comentaba antes?

Lo primero que pasa es que se activan los procesos de motivación. Y la motivación tiene dos efectos brutales. Uno es que energiza literalmente nuestro cerebro. ¿Qué significa eso? Cuando estamos motivados, nuestro cerebro recibe más azúcar, o más glucosa, y más oxígeno, que es lo que necesita para generar energía metabólica para funcionar. Por eso, cuando estamos motivados, podemos estar más rato haciendo cualquier actividad sin cansarnos. Y además, lo hacemos con mucha más eficiencia, porque todo el cerebro tiene mucho más combustible para funcionar a pleno rendimiento.

¿Qué zonas del cerebro se activan con la motivación y cómo funciona?

Se activa una zona que se llama cuerpo estriado, que es la que genera sensaciones de recompensa, y nos permite anticipar recompensas futuras, por lo que hace que nos sintamos a gusto ahora y que anticipemos que en el futuro, continuando con esta actividad, también nos sentiremos bien.

Recomienda perseverancia y resiliencia, no rendirse. ¿Es posible, en nuestros tiempos de prisas, multitarea y agotamiento?

Si no persevero, si abandono a la primera que algo no me sale bien, mi cerebro estará interpretando que no sirvo para esto. Y eso lleva a la mentalidad fija. Perseverar o persistir son las puertas para avanzar en pequeños pasos. Y con la resiliencia pasa lo mismo: si ante una situación dura me encierro en mí mismo y me desconecto, no podré seguir avanzando. Hay situaciones desgraciadamente traumáticas, a veces se necesita la ayuda de un terapeuta. Pues la consigo, pero sigo avanzando.

También se necesita, dice, flexibilidad cognitiva. ¿Cómo la trabajamos?

Es la capacidad que tenemos de encontrar soluciones diferentes, caminos diferentes ante un mismo reto, ante un mismo problema. Si me equivoco, pruebo otra opción. Si ya he iniciado el camino, debo ser capaz de ir cambiándolo, modificándolo, según se vayan produciendo los sucesos.

El resultado de PISA indica que no entendemos el aprendizaje competencial. No hay que prescindir de la memoria, nos da los puntos de referencia

Superar los errores es clave. Pero nos mata de rabia de equivocarnos. ¿Cómo cambiamos eso en nuestro cerebro?

Respirar profundamente. El error nos enfada, sentimos rabia, pero esto puede ser sano, porque nos activamos para buscar otra salida. Si el error genera un pico de estrés, ese estrés disminuye la flexibilidad reflexiva. Si respiro profundamente, bajaré el estrés. También hacer deporte o distraerme en otra cosa va bien para rebajar el estrés de la rabia del error.

La colaboración con los otros y el feedback constructivos son, dice usted, dos pilares más…

Si recibes solo feedback negativo, “no lo haces bien, qué desastre”, esto es finalista, nadie puede superarlo. El feedback positivo es “esto podemos hacerlo mejor”, busca colaborar. Los líderes de los equipos deben iniciar este camino, para que el resto puedan sumarse.

Reflexiona mucho en el libro sobre la educación y el aprendizaje. Teniendo en cuenta los últimos resultados PISA, ¿cree que hay que cambiar metodologías?

Sí, sin duda. Lo que habría que hacer es profundizar todavía más en el aprendizaje competencial. Las pruebas PISA son competenciales. No han ido bien. ¿Qué significa? ¿Qué debemos volver a un sistema anterior donde básicamente predominaba la memorística? ¿O qué debemos profundizar en un sistema competencial que es lo que están midiendo las pruebas PISA? Para mí lo que indican es que hablamos mucho de competencias pero tal vez todavía no terminamos de entender qué significa. No significa prescindir de la memoria, porque la memoria nos da los puntos de referencia, y significa ayudar a nuestros estudiantes para que puedan extrapolar estos datos que les damos a cualquier situación nueva que puedan encontrarse. Esto es la competencialidad. Y debemos profundizarla, empezando por los adultos.

El neurocientífico Robert Sapolsky ha llegado recientemente a la conclusión que el libre albedrío -la habilidad y el poder de decidir y actuar libremente- no existe. ¿Qué le parece?

Depende de cómo interpretemos los estudios. El libre albedrío absoluto, “soy capaz de pensarlo todo”, no existe. Tenemos condicionantes genéticos, educativos, que han dirigido nuestra mente hacia un camino u otro. Pero tenemos un libre albedrío para decidir si queremos seguir siendo como somos o no. Si hay aspectos de mi vida que no me satisfacen o perjudican a mi entorno, yo puedo decidir libremente si quiero cambiarlos o no.


Tomado de: La vanguardia.com
Avatar de Usuario
Damiron
Mensajes: 4742
Registrado: Dom Dic 19, 2021 4:45 pm

Re: David Bueno, biólogo: “Si empiezas a entrenar tu cerebro puedes ver efectos casi inmediatos”

Mensaje por Damiron »

Vergaaa, el cerebro del Venezolano no habrá que entrenarlo, habrá que desarrollarlo de Cero...para evolucionar, ni con las inyecciones que le metieron al Capitan America de Stark Industries...
Si quieres lograr la perfección, se los mas imperfecto que puedas...
Responder