«Está pálido, tiene la piel y labios secos», dice su padre, que lo vio el 24 de diciembre
Ludmila Vinogradoff
CORRESPONSAL EN CARACAS Actualizado:06/01/2022 21:31h
«Está pálido, tiene la piel y los labios secos», denuncia preocupado Igor Marín, padre del teniente coronel Igbert Marín Chaparro, que lo vio la última vez en Caracas el 24 de diciembre en los sótanos de la División General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), donde ha permanecido 17 días en huelga de hambre.
El oficial venezolano de 43 años, nacido en Maracay y detenido por la Dgcim el 2 de marzo de 2018 en su domicilio por presunta instigación a la rebelión, decidió protestar contra el régimen de Nicolás Maduro con una huelga de hambre que ha minado su estado de salud por falta de atención médica y jurídica.
Su abogado, Alonso Medina Roa, anunció este jueves que puso fin a la medida de protesta después de que miembros de la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, pudieran visitarlo en el centro de reclusión y de que las autoridades se comprometieran a atender algunas de las demandas del militar encarcelado.
Igbert Marín es teniente coronel del Ejército con la mayor puntuación de su fuerza y de toda la Fuerza Nacional Bolivariana. Fue comandante de la Unidad Militar más importantes que es el Batallón Ayala de la región capital, refiere a ABC el abogado Juan Carlos Thula.
Marín Chaparro fue acusado de estar conspirando contra el régimen, según un delator anónimo, por estar reclamando las pésimas condiciones en las que viven los militares en los cuarteles, dice su abogado Alonso Medina Roa.
El oficial forma parte de los militares, unos 132 de los 262 presos políticos en global que contabiliza la ONG Foro Penal, entre civiles, militares, mujeres y menores de edad, que se encuentran detenidos por pensar distinto.
En su rueda de prensa convocada en la Plaza Los Palos Grandes, tanto los abogados defensores como el padre y la familia del oficial hicieron coro a favor de su liberación por la detención injusta y arbitraria. El padre sostiene que su hijo fue «torturado». También denuncia fue víctima de la «violación del debido proceso judicial».
«Desmejorado y deteriorado»
«Me permitieron verlo solo 15 minutos en la Navidad», dice con un dejo de tristeza el padre Igor Marín al detallar que el estado físico de su hijo estaba «desmejorado y deteriorado» con tantos días sin ingerir alimentos.
«Se encuentra detenido en la Casa de los Sueños» como llaman a las celdas del Dgcim, refiere Igor Marín. «Es un preso político que decidió hacer una huelga de hambre para protestar contra la injusticia que han sido detenidos todos los presos políticos», añade.
El abogado Alonso Medina Rosa dice a ABC que «tenemos preocupación por la prolongada huelga de hambre que ha deteriorado su salud y por el silencio que ha mantenido la institución militar».
Cuando Igbert Marín fue detenido junto a cinco compañeros de armas en el 2018 se le siguió un proceso judicial en un tribunal militar que lo sentenció a la máxima pena de traición a la patria sin pruebas.
«Nosotros apelamos a la Corte Marcial que anuló el juicio y ordenó la realización de un nuevo juicio público. Sin embargo, la Sala Penal de oficio del Supremo anuló la decisión de la Corte Marcial y ordenó que se realizara una audiencia en la corte de apelaciones que después de varios meses no se ha concretado», dijo Medina Roa.
El abogado refiere que «estamos en el limbo judicial», necesitamos que a Marín Chaparro lo trasladen y atiendan en el Hospital Militar porque su salud está en peligro.
